Actitud, ante todo – Formando Jóvenes Emprendedores

Emprendedores Latam

Daniela Elias Guillén

5/1/20223 min read

Actitud, ante todo – Formando Jóvenes Emprendedores

Sabemos que el emprendedurismo y el liderazgo son características bien apreciadas por todas las culturas alrededor del mundo. De hecho, cada uno de nosotros podríamos recordar muchos personajes que han influido y cambiado el curso de las cosas con sus acciones en todos los ámbitos en los que se desarrolla el ser humano. Sólo por citar alguno de los más memorables, está Napoleón Bonaparte en el campo de la milicia, Martín Luther King en Derechos Humanos, Marie Curie en ciencias exactas y por qué no mencionar algunos líderes de la escena nacional cómo Adela Zamudio en el campo de las letras, Alfredo Domínguez en la música y el arte o Marcelo Claure en el área de empresas y deportes.

Entonces, pensar en semejantes personajes puede resultar un poco abrumador a la hora de querer inculcar dichas cualidades en jóvenes y niños en las escuelas y los hogares. ¿Por dónde empezar?, ¿Qué se necesita?, ¿El liderazgo es una cuestión intrínseca o podemos convertirnos en líderes?, son muchas de las preguntas que nos podemos hacer. Por esta razón, yo, desde la perspectiva de las artes, el diseño y la pintura me he puesto a pensar qué es lo que tienen todas esas personas en común a pesar de tener realidades tan distintas en contexto y tiempo. Pues, mirando un poco más a detalle encontré una respuesta, que, si bien se despliega en muchos matices, se puede resumir en la palabra, ACTITUD.

La actitud adecuada ante determinadas situaciones es lo que nos hará diferentes. Esta actitud tiene que ver con la capacidad de resiliencia ante la frustración, la
creatividad para solucionar problemas y la capacidad de adaptarse. En este punto, no puedo evitar pensar en el movimiento punk de los años 70 y 80, donde
literalmente la actitud anárquica y propositiva de resistirse a lo establecido, de volver a empezar una y otra vez hasta lograr lo que se desea es una manifestación de la
personalidad que la veo en todos los líderes. Por ejemplo, el artista pintor, JeanMichel Basquiat, de padres migrantes trabajadores, medianamente acomodados en Estados Unidos, que creció en un contexto donde la discriminación esos años pesaba mucho más fuerte que ahora, ha logrado romper los esquemas de los
círculos de arte tradicional para lograr insertarse en el mundo de la creación y producción activa de su propuesta artística, todo gracias a su actitud y sus ganas de
querer cambiar el statu quo de su círculo, al día de hoy él sigue siendo una fuente de inspiración para muchos artistas y creadores.

Así, observando este y muchos otros ejemplos, me di cuenta, también, que a los niños y jóvenes a los que se les enseña a tener estas cualidades, se convierten, casi automáticamente, en líderes, desarrollan personalidades magnéticas, inspiran a las personas que los rodean, toman acción y promueven cambios. En este sentido, considero que aprender cualquier arte genera estas actitudes. Ya que cuando uno decide empezar a crear algo de la nada, el primer obstáculo con el que uno se encuentra es uno mismo, la mente jugando trucos y diciéndonos cosas para dejar nuestro proyecto a medias. Ahí es cuando la actitud resiliente ante la frustración y la flexibilidad de adaptarse, lo cambia todo, hace que llegues hasta el final y si no te sale, lo vuelves a intentar, y si aun así, no te sale, busca otros caminos hasta
lograrlo, porque de eso se trata ser creador.
Finalmente, observar como es este proceso creativo me ayudó a encontrar el paralelismo en las actitudes que tienen los líderes ante la vida, aquellos que volvieron a empezar, probaron nuevos caminos y supieron adaptarse. Tal es así, que creo muy importante que para formar líderes hay que estimular la creatividad por medio de cualquier arte. Y si a esto le sumas valore y hechos loables cómo mejorar determinadas condiciones de vida, eliminar la corrupción, vivir en un mundo
más sustentable y mejor, cuidar de la naturaleza, es una combinación de fuego y dinamita.

Daniela Elias Guillén